¡Buenas,
familias!
Hay
ocasiones en las que tenemos un cita pero, como nos puede pasar a todos, surge
algún inconveniente, el tiempo se nos echa encima, no sale todo como queremos
y…¿cuál es el resultado? Llegamos tarde a la reunión, quedada, lugar de
encuentro.
Ocurre
que algunas situaciones, llegar tarde es un error fatal, como puede ser perder
un autobús, llegar tarde a una entrevista de trabajo, pero, ¿qué ocurre si
llegamos tarde al colegio?
Ser puntual no es solo llegar justo a tiempo, engloba muchas cosas más, ¿somos consciente de ello? Leamos un poquito más.
Llegar
al colegio con puntualidad y bien preparados ayuda a los niños a tener éxito en
los estudios. Los niños que llegan a tiempo a la escuela, sin nervios, bien
desayunados, que llevan los útiles escolares que van a necesitar y los trabajos
hechos tienen más seguridad en sí mismos y asisten más contentos a las clases.
La puntualidad
en el colegio es una actitud que se adquiere desde los primeros años de vida
mediante la formación de hábitos en la familia.
También
es un reflejo de respeto al tiempo de los demás. La puntualidad en la escuela
es un signo de buena educación.
Sin
embargo, en algunos casos hay personas que constantemente llegan tarde y,
generalmente presentan excusas, por ejemplo, no sonó el despertador, mi mamá me
retrasó, no había aparcamiento, hay obras en el pueblo y no podía pasar el
coche, etc., y esto ocasiona un retraso para todos.
La
llegada a tiempo al colegio depende por partes iguales de los niños, y del
conjunto de la familia. Por supuesto, es la familia quien educa a sus hijos
para que colaboren y adquieran la responsabilidad necesaria para llegar a
tiempo. Los
niños deben de colaborar en la rutina según sus posibilidades: lavarse, vestirse,
cepillarse los dientes, recoger la mochila y poner la merienda en la misma, etc.
Es un aspecto que hay que educar.
¿Cómo
conseguir que los niños sean puntuales? Existen algunas ideas que pueden ayudar
a los padres y maestros para conseguir que los niños sean puntuales:
- Es necesario que el niño comience a valorar la importancia de hacer una determinada cosa en un tiempo determinado.
- Crear rutinas. La rutina no sólo es buena porque ayuda al niño a sentirse seguro. Además, ayuda a crear hábitos a los niños.
- Las personas aprendemos a partir de la experiencia, por ello aunque los padres mantengan un diálogo constante con los niños para educarles en valores, en ocasiones han de aprender de sus propios errores y experimentar ellos mismos qué ocurre si son impuntuales.
- La puntualidad se enseña a los niños con el ejemplo, si los padres suelen llegar tarde a los sitios, los niños no valorarán la importancia de llegar a un lugar a la hora convenida.
- Los niños han de conocer que las personas impuntuales van perdiendo la credibilidad y el respeto de los demás. Si el niño no llega a tiempo a jugar su partido de fútbol un día tras otro, quizás dejen de contar con él para próximos encuentros.
¡Inculquemos
el valor de ser puntual a nuestros niños/as!
No hay comentarios:
Publicar un comentario